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En México sólo un niño de cada doscientos obtiene grado de excelencia en pruebas de lectura, mientras que en Uruguay lo alcanzan once y en Corea veinticinco. Una de las razones de tan bajo desempeño lector está en sus formadores: seis de cada diez maestros mexicanos reportan leer uno o dos libros al año e incluso hay maestros universitarios que no han leído uno en toda su vida. Además, ocho de cada diez no hacen uso de la Internet y un porcentaje insignificante lee periódicos de manera cotidiana. Así que niños y jóvenes no tienen modelos lectores ni quién les advierta que la consulta en Internet (práctica, inmediata e irrenunciable) muchas veces es poco confiable y deja de lado al libro impreso. Antes, decían los antiguos, la letra con sangre entraba. Ahora no entra
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